ARTE Y EROTISMO

Aunque en determinadas épocas se haya querido ocultar o disfrazar de temáticas distintas, lo cierto es que el erotismo ha estado omnipresente en todas las formas del arte. Desde las primeras obras clásicas, el desnudo, el arte amatorio y las más explícitas prácticas sexuales, han sido objeto de representación en la escultura y en la pintura. También en la literatura. 


Oculto o denigrado durante siglos, este tipo de expresión artística ha sido adjudicada a mediocres artistas quienes buscaban beneficios meramente mercantiles. Sin embargo, un breve recorrido por la historia de este particular arte parece ir en contra de esta idea.
En la tradición oriental, podemos encontrar ya a un clásico del género erótico que es el Kama Sutra (o ciencia del amor según su traducción más literal). Este escrito, realizado por un religioso hindú llamado Mallinaga Vatsyayana, data del siglo I a. de C. Ilustrado magistralmente, luego de la conquista musulmana de India, el Kama Sutra no es tanto un "manual de prácticas sexuales", como quiso ser encasillado por sus detractores, como una excelente medio a través del cual acercarse a los usos y costumbres de una cultura tan rica como la proveniente de India. Sin embargo esta obra tardó casi 2000 años en lograr una aceptación en la cultura occidental y aún hoy se escuchan las voces de sus opositores. 

Sin embargo, sería a partir del Renacimiento, pasada la "Epoca Oscura" de la Alta Edad Media, cuando el torrente artístico revitalizador de la Vieja Europa vuelve de nuevo su interés hacia el erotismo como objeto del arte. Con el Renacimiento la sociedad en general, y el arte en particular, se abren a un nuevo concepto de la libertad individual y rescatan valores de la época clásica, Roma y Grecia. De este modo, los temas amatorios de ésas épocas comienzan a abrirse camino en la expresión artística. Miguel Angel, Donatello y Leonardo da Vinci, introducen el desnudo, total o parcial, en su obra. Cierto es que, en muchas ocasiones, revestido de carácter religioso o bíblico, pero también se realizan obras alusivas al amor terrenal. Las figuras son estilizadas, "clásicas" en su concepción y el cuerpo humano resulta bello en su desnudez.
Con el Barroco el ideal de belleza se transforma. Podemos decir que las figuras ganan en volumen, tanto en el hombre como en la mujer. Los grandes pechos y las anchas caderas femeninas toman el protagonismo. En el hombre, el ideal, pasa por la figura fornida y musculosa. Las escenas amatorias se tornan más expresivas, menos recatadas. Como evolución del Barroco, durante el XVIII y principios del XIX, la representación del erotismo en el arte, se torna voluptuosa, el placer aparece como un ingrediente claro del amor. Se abandonan formas puramente románticas, y la sexualidad a través de la sensualidad se muestran con claridad.
En el péndulo del arte, propiciado por la historia, las figuras vuelven a imaginarse como en la Antigüedad Clásica, nuevamente las formas se estilizan, el hombre se vuelve Adonis, y las mujeres, pálidas y ciertamente lánguidas. 

Generalización de la temática erótica
La Revolución Francesa supuso la generalización de la temática erótica en el arte y es en la segunda mitad del siglo XIX cuando se reviste de múltiples formas expresivas. El desnudo se convierte en algo cotidiano en la pintura, y prácticamente la totalidad de los impresionistas cuentan con obras d desnudos.
Sin embargo, más interesante puede parecer la gran proliferación de pintura y dibujo erótico que de forma muy extendida prolifera en todos los ámbitos del arte. El dibujo y pintura explícito sobre sexualidad se difunde por todos los ambientes artísticos, pictóricos, literarios, poéticos, teatral, etcétera. Cierto es que con un carácter "clandestino", pero hasta nuestros días han llegado con un reconocido valor artístico. 

La masificación del erotismo
El siglo XX supone la masificación del erotismo como elemento u objeto de representación artística. También supone su planteamiento multiforme, ya que raro es el soporte en el que el erotismo no haya sido representado. Por otra parte, el erotismo pierde su sentido casi místico y acaba por convertirse, en el peor de los caos, en objeto de consumo de la mass media.
Este es un ligero esbozo del camino del erotismo en el arte, que asombra por su cambiante concepción pero también, que duda cabe, por la belleza de su expresión.

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