ARTE, LUJURIA Y EROTISMO

La Lujuria es uno de los tres Pecados Capitales que nacen de unanecesidad biológica de supervivencia. Los otros dos pecados son la Pereza y la Gula. Por lo que sabemos o hemos oído de la Lujuria esfácil relacionarla con la necesidad reproductiva, pero hay quecomprender bien esta necesidad desde una perspectiva global. En estostérminos, reproducir-se no significa dejar vástagos en la Tierra, sinoque significa “volver a producir (o producir de nuevo) en uno mismo ydesde uno mismo; ser copia de un original”, lo que quiere decir que esla necesidad de volver a manifestar una parte nuestra con sus mismascaracterísticas originales. Tener hijos, como comprenderan, sólo es unafracción dentro de todo ese conjunto. “Lujuria” podemos definirla, porlo tanto, como la necesidad de volver a desear y manifestar ese deseo.Es complacer el goce de tener apetito, “reproducir” el acto de desear.En definitiva, Lujuria no es cuestión exclusiva del sexo.

El nombre de este pecado viene del latín “luxuria” y se traduce por“exceso”. Lo curioso es que si le aplicamos cábala fonética podemosdesglosar el término en “Lux” y “Uria/Urina”; lo primero significa“luz”, y lo segundo es una “corriente de agua”. Esto tiene dos posiblesinterpretaciones: “seguir a la luz, dejarse llevar por ella” y “dejarcorrer la luz, desperdiciarla”. De lo primero deducimos que la Lujurianace para encaminarnos de nuevo a la Luz, que nuestro deseo más íntimoy recóndito del subconsciente es seguir la Luz o el camino de la bondady el amor; de lo segundo deducimos que cada vez que nos dejamos llevarpor el deseo dándole importancia al desear en sí estamos dejandomarchar la oportunidad misma de seguir la Luz. Es más, la Lujuria nuncase va a sentir satisfecha y nos inducirá a repetir el deseo y querrámás, por lo que nos encerrará en un ciclo vicioso.

Uno de los mayores deseos en que incurre la Lujuria (o que le damás placer) es el deseo de Poder. Hay que entender que el Ego y todaslas subpersonalidades surgen en gran parte para establecer unasensación de seguridad en un mundo en el que nada es seguro, y sentirque tenemos Poder nos da seguridad; la seguridad de la Envidia vienedel hecho de que sentimos que de algún modo merecemos más, nosmerecemos amarnos y eso da seguridad, y la Ira nos hace pensar en laseguridad de que en algún punto de uno mismo nosotros estamos siendoperjudicados por un conflicto y tenemos razón en que aquello está mal ydebe solucionarse; con la Lujuria sucede igual, por lo que el deseo dePoder acompañará a todos los demás deseos. El problema de la Lujuriaestá en que nos da una visión deformada del Poder y, en vez dedecantarnos por dominarnos a nosotros mismos y trabajar nuestra fuerzainterior, acabamos tratando de dominar a los demás. Y haremos cualquiercosa para conseguirlo. La Lujuria es tremendamente manipulativa. Nosengaña a nosotros para seguir deseando y nos persuade de ejercer elcontrol en los demás.

La Lujuria y la Ira son los pecados más cercanos a la Soberbia, yfrecuentemente se ven empapados de cierta superioridad que loscaracteriza. Así como la Ira hace creer que tenemos la razón y somoslos mártires de la situación, la Lujuria nos pone siempre en situaciónde ser el jefe y de menospreciar todo lo demás que debe quedar bajonuestro dominio. Lo más importante para la Lujuria es el deseo acumplir, lo otro no importa. Por eso, como en la Ira, aquél que esdominado o manipulado es el que más padece las consecuencias, llegandoal punto de poder perder la Voluntad la cual queda absorbida por ellujurioso; en estos casos, también puede generar en el otro un traumaque en un futuro no sólo provoque una Ira sino también una Lujuria delmismo tipo que la dominación a la que fue expuesta, heredándose elpatrón de comportamiento (igual que sucede con la Ira). La Lujuriaesclaviza al mismo tiempo al manipulado y al manipulador, víctima desus propios deseos. La Lujuria esclaviza tanto que nos vuelve celosos,porque lo dominado se percibe como objeto de nuestra propiedad, y nadiemás que el lujurioso puede dedicarle aunque sea una mirada. A tener encuenta es que las apariencias del lujurioso también engañan: no portomar una posición dominante significa que no está manipulando; muy alcontrario, a veces el lujurioso toma el papel de sumiso para manipularla situación y obtener lo que quiere, por lo que la Lujuria se escondetras muchos disfraces.

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