LAS MAJAS DE GOYA

Se ha pensado que ambas majas formasen un díptico, de modo que la vestida pudiese descubrir, como al volver una página, a la desnuda. Es hipótesis muy verosímil, pues semejantes "picardías" eran frecuentes, aunque en menor medida, en Francia y en el ambiente de los ilustrados. De cualquier modo, La maja desnuda es un delicadísimo y acabado estudio de tonos nacarados, perfecto como pintura neoclásica, torneado y pulido el desnudo como una porcelana. Quizá sea, precisamente por su perfección y por su peso de Academia, lo menos "goyesco" de toda la producción del pintor. Ambas obras estuvieron juntas en la Academia desde 1808, con los bienes incautados a Godoy, y en 1901 pasaron al Museo del Prado.



La Maja desnuda es la primera figura femenina de la historia de la pintura que muestra el vello púbico, poniendo de manifiesto su originalidad. Además, no es ninguna imagen mitológica sino una mujer de carne y hueso, una imagen moderna como más tarde haría  Manet  en su Olimpia. Por eso, la Maja desnuda tiene tanto éxito entre los numerosos visitantes del Museo del Prado junto a su compañera, la Maja vestida.. 
Las famosas "majas" de Goya son obras míticas y polémicas, tanto por la fecha de su realización y la figura que reflejan, como por su primer propietario conocido, el destino que tuvieron y las críticas que han suscitado. Se han relacionado tradicionalmente con la duquesa de Alba, aspecto muy discutido también. En efecto, ni el rostro del personaje ni la actitud ni las fechas posibles parecen concordar, pero el enigma se mantendrá en tanto no aparezca una prueba fehaciente a favor o en contra de los orígenes de su creación y de los personajes que las suscitaron en todos los sentidos.


En ambas figuras sorprende la extraña cabeza, casi de maniquí, inexpresiva y pegada de manera ilógica a un tronco, con el que no parece tenga mucho que ver.
La fecha de realización parece que está entre 1797 y 1800. La técnica de la presente pintura recuerda obras goyescas anteriores a 1795 e incluso, precisando más, hacia 1790; en cambio la de la "vestida" parece algo posterior a 1800, entre 1802 y 1805. En ambos casos la datación se basa en el análisis de pinceladas, colores y modelado. ¿Acaso se encargó la segunda para ocultar a la primera? ¿Es el cuerpo de la desnuda el de la duquesa Cayetana? ¿Estuvo inicialmente en la colección de los Alba y al obtener Godoy la pintura ordenó éste al artista hacer la vestida? Las incógnitas no harán más que aumentar el interés por tan peculiares piezas. Tal vez se trate de una representación de la célebre Pepita Tudó, amante del valido con quien mantuvo peculiares relaciones, que llevaron a la dama incluso a ser ennoblecida años después: en 1807 recibió el condado de Castillofiel y contrajo matrimonio con Godoy en 1829, a la muerte de la condesa de Chinchón, esposa de éste.
Posee una calidad tersa y aporcelanada, casi de esmalte; su concepto de perfección anatómica tiene más de obra académica que de mujer de carne y hueso. Nacarada y casi transparente, contrasta con el lugar tan exquisito donde se halla tendida, en el que brillan los blancos y azules con fina intensidad. Es casi neoclásica por su sentido escultórico y aunque responde al tipo femenino habitual en la producción de grabados y dibujos del maestro, es lo menos "goyesco" que pintó.

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